La Plata
El 28/02 me di una vueltita por La Plata. Salí a la mañana, no muy temprano. Por algún extraño motivo me imaginé que quedaba más lejos...
Pero no. En una hora desde Retiro estuve allí.
Primero fui al museo. Antes caminé por la ciudad. En el medio conocí a un kiosquero. Muy pero *muy* lindo.
Tuve tiempo de tomar un café, leyendo las noticias locales. Parece que la ciudad se había inundado el día anterior. No lo noté.
Me perdí en la facultad de Arquitectura. Parecía ser día de admisiones. Muchos adolescentes aún portaban sus maquetas. Algunos, inevitable y dolorosamente, iban a ser desaprobados. Se notaba. Dos profesores jóvenes escribían en unos pizarrones mientras los futuros alumnos tomaban sus lugares alrededor de unas mesas infinitas. Muy pintoresco todo. Si no fuera porque no encontraba la salida.
Dando vueltas, finalmente, llegué. Y salí a la parte de atrás del museo. Casi todo el segundo piso estaba clausurado. Pero muy lindo todo igual. Mucho bicho muerto.
Y colorido.
Al salir me encontré nuevamente con el zoo...
No había mucha gente. Admitámoslo, era un día nublado.
Pero me metí igual. Un poco aterradoras, algunas partes, con el barro, los gritos y todo eso. Pero pude sacar esta preciosidad que adorna el blog. Juro que me hacía ojitos. En serio.
Volví a casa temprano. Estuvo bien.
Parece que las escapadas, últimamente, algo, aunque sea un poco, me reconfortan.
Pero no. En una hora desde Retiro estuve allí.
Primero fui al museo. Antes caminé por la ciudad. En el medio conocí a un kiosquero. Muy pero *muy* lindo.
Tuve tiempo de tomar un café, leyendo las noticias locales. Parece que la ciudad se había inundado el día anterior. No lo noté.
Me perdí en la facultad de Arquitectura. Parecía ser día de admisiones. Muchos adolescentes aún portaban sus maquetas. Algunos, inevitable y dolorosamente, iban a ser desaprobados. Se notaba. Dos profesores jóvenes escribían en unos pizarrones mientras los futuros alumnos tomaban sus lugares alrededor de unas mesas infinitas. Muy pintoresco todo. Si no fuera porque no encontraba la salida.
Dando vueltas, finalmente, llegué. Y salí a la parte de atrás del museo. Casi todo el segundo piso estaba clausurado. Pero muy lindo todo igual. Mucho bicho muerto.
Y colorido.
Al salir me encontré nuevamente con el zoo...
No había mucha gente. Admitámoslo, era un día nublado.
Pero me metí igual. Un poco aterradoras, algunas partes, con el barro, los gritos y todo eso. Pero pude sacar esta preciosidad que adorna el blog. Juro que me hacía ojitos. En serio.
Volví a casa temprano. Estuvo bien.
Parece que las escapadas, últimamente, algo, aunque sea un poco, me reconfortan.
Etiquetas: paseos
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal