Estoy, otra vez, con la espalda enojada. Desde hace tres días. Grace recién tenía turno para hoy. Entre descontracturantes, modeladores y no sé qué otras cosas más que hace, no le queda tiempo para nada.
Los dolores de espalda no son musculares. Son psicológicos. El licenciado nuevo no dijo nada. En eso se parece al otro. En eso sólo. El otro era morocho y tenía pelo.
Pero es así. Hace meses que estoy mal. Por más que intente no pensar, el cuerpo lo resiente. De alguna manera, lo resiente. Ahora es así.
Dicen que es todo cuestión de actitud. No. Es cuestión de tiempo. De paciencia. De espera. El sentimiento no se va a ir. Con el tiempo aprenderé a convivir con él. Sabré que es una parte más de mi estructura mental.
Qué sé yo. Mientras, lo extraño.
Los dolores de espalda no son musculares. Son psicológicos. El licenciado nuevo no dijo nada. En eso se parece al otro. En eso sólo. El otro era morocho y tenía pelo.
Pero es así. Hace meses que estoy mal. Por más que intente no pensar, el cuerpo lo resiente. De alguna manera, lo resiente. Ahora es así.
Dicen que es todo cuestión de actitud. No. Es cuestión de tiempo. De paciencia. De espera. El sentimiento no se va a ir. Con el tiempo aprenderé a convivir con él. Sabré que es una parte más de mi estructura mental.
Qué sé yo. Mientras, lo extraño.
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